Para entender esta cuestión, me sirvió la lectura de un post que glosaba sobre la teoría de La espiral del silencio que había desarrollado Elisabeth Noelle-Neumann. Según esta socióloga alemana, la sociedad castiga con el aislamiento a los que no cumplimos con el status quo, los que se salen de la norma. Como tenemos miedo al rechazo, estamos permanentemente evaluando la opinión que estamos causando a los demás, lo que repercute en la frescura, sinceridad y espontaneidad de nuestras opiniones o declaraciones.

Photo by Kristina Flour on Unsplash
Si en la sociedad es frecuente este fenómeno, en la empresa se puede hablar de mal endémico. Cuando ejercí de coach ejecutivo, me encontraba una y otra vez con directivos que se callaban muchas opiniones, tanto de sus colaboradores como de sus jefes, quienes, a su vez, también evitaban hablar sobre determinados temas para no comprometer su posición. Como resultado de toda esta falacia, el nivel de confianza entre los componentes de la plantilla era mínimo. Igual o peor que el nivel de implicación y compromiso con la misión de la organización.
Comments