Y la cuestión sexual, ¿cómo la lleva?
Ahora mejor. Al principio de la lesión, cuando vi que no podía satisfacer ni satisfacerme de la manera que había aprendido desde niño, me vine abajo. Hasta que un día apareció en mi vida una mujer que me sacó el sexo de los genitales y me lo puso en el cerebro.
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¿Puede dar detalles?
Ambos veníamos de una separación traumática y no teníamos ninguna prisa en abrir la puerta de la habitación. Eso nos dio tiempo y sosiego para conectar a nivel emocional y para crear un ritmo y un lenguaje que luego utilizamos como referencia en nuestras conversaciones corporales.
Suena bien
Imagínese lo que significa para un impotente con el cuerpo paralizado poder recuperar la capacidad de dar y recibir placer.
¿Reniega del sexo más genital?
En absoluto. Defiendo la libertad individual tanto en ámbito de la sexualidad como en cualquier faceta de nuestra vida. También defiendo la capacidad de la práctica sexual para alcanzar estados superiores de conciencia.
Eso son palabras mayores
Eso es fruto de una vivencia personal. Fue tan trascendente y catártica la experiencia, que me vi en la necesidad de escribir un libro.
¿Está publicado?
Todavía no. Quiero pensar que es por culpa de la crisis. O quizás es que no soy tan buen escritor.
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