¿Qué es la genuinidad? ¿Cómo sé que estoy siendo genuino? Recientemente, con las conversaciones que se general alrededor de la promoción del libro, escucho con bastante asiduidad este tipo de preguntas. Reconozco que no tengo una respuesta; de la misma manera que soy incapaz de explicar a qué sabe el chocolate o qué se siente al perder la movilidad corporal. Hay cuestiones que no se pueden explicar. Se tienen que vivir. Tomar conciencia, ser uno mismo o estar enamorado son conceptos tan ambiguos y, a la vez, tan íntimos y sensoriales que me resulta difícil conceptualizarlos. Vivimos encadenados a las limitaciones del lenguaje que nos obliga a concentrar en una palabra algo tan singular como una emoción.
Mi opinión es que la única manera de explicar estas distinciones es a través de la vulnerabilidad, de la apertura emocional. Mi experiencia me dice que cuanto más expongo mi alma, cuanto más honesto soy con la manera de hablar sobre mi vivencia mejor es la comprensión de lo que intento transmitir. Es mágico. Ocurrió el día de la presentación del libro. Y ha ocurrido en otras ocasiones. Más que hablar sobre la conciencia o el amor, propongo a los que manejamos esta terminología que tratemos de Ser Conciencia y Amor. Desde ese lugar, todas las preguntas tienen respuesta. O, mejor, todas las preguntas dejan de tener sentido y, por tanto, no necesitan ninguna respuesta.
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