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THE WAY OUT IS OUT

Foto del escritor: FrancescFrancesc

Es de noche. Estoy en una colina y veo una casita pequeña muy cuqui pintada con cal. Me resulta extraño. No encaja en el lugar. Me acerco a la puerta y en la pared leo un nombre formado por letras azules de cerámica: “HAMBRUNA”. Es un restaurante. Entro. Es pequeño, pero muy acogedor. La iluminación es tenue y cálida. Las paredes son de piedra y el techo tiene vigas de madera. Las mesas están paradas con manteles blancos y sillas de mimbre. Parece que se come muy bien. No veo gente.


Salgo del local. Sigue la noche. Miro hacia abajo de la colina. Veo una carretera de doble vía asfaltada. Es muy ancha y está muy bien iluminada y desciende con una pendiente bastante pronunciada. Al fondo está la ciudad con luces en sus edificios. En la orilla, junto al mar, también iluminado, destaca la torre Agbar encendida con su combinación típica de colores. Tras la torre, aparece un tren-tranvía moderno de cuatro o cinco vagones que cruza un puente que se adentra en el mar.


Es tan bonito lo que presencio que quiero acercarme a esa orilla. Miro hacia la carretera y dejo ir mi silla de ruedas por la pendiente, sin valorar la situación ni pensar en las consecuencias. A los pocos segundos ya he alcanzado muchísima velocidad. Me doy cuenta del error y me asusto mucho. A medida que voy descendiendo, veo que la carretera sigue, pero ya no es tan recta. Todo se oscurece de repente, pero la penumbra me deja intuir que vienen curvas muy pronunciadas. Si sigo a esa velocidad, no podré girar en la curva y saldré disparado. Me voy a estrellar. Estoy aterrorizado. El miedo se ha metido en mi cuerpo. He de tomar una decisión urgente.


Está muy oscuro. Es tanta la velocidad que he cogido que no me planteo frenar. Podría tirar mi cuerpo a un lado para auto-volcar la silla y detener la aceleración, pero pienso que la inercia acumulada me arrastraría por el asfalto, me despellejaría vivo y, aún así, saldría disparado por la cuneta. De pronto, ante el inminente peligro y la falta de alternativas, me fuerzo a salir del sueño.


Lo consigo. Ya no hay peligro. Desaparece la ciudad, la carretera y yo mismo. Desaparece el miedo. Ya no estoy en el sueño.

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